Portillo
Compartir

Cuando abrimos un Portillo, es porque estamos bien acompañados, de familia, amigos, risas y anécdotas. Desde la picada, compartiendo asados y buenas comidas, con un vino elaborado para todos los gustos. Mientras disfrutamos, se pierde la noción del tiempo y la sobremesa se extiende. Un aplauso para el anfitrión, una promesa para un próximo encuentro. Color rojo con profundos tonos violáceos, nariz frutada donde prevalecen aromas a frutos rojos (ciruelas y moras). En boca de entrada fresca debido a su acidez natural, sensación frutal, taninos redondos y maduros. Equilibrado e intenso con carácter variental claro.

0 / 150